La lección de Piano en el Ciclo de Cine del Bellas Artes

Este viernes 23 de marzo a las 20 hs., concluyendo el mes de la mujer y en el marco de la muestra «Sólo mujeres: el retrato femenino en las colecciones del Museo», el Museo de Bellas Artes la proyección del aclamado y multimp remiado film «La Lección de Piano», de la cineasta neozelandesa Jane Campion. Entrada gratuita.

«La lección de piano»’, drama neozelandés, de coproducción australiana y francesa, con un buen plantel de actores internacionales, es un relato oscuro de una tragedia amorosa con una fortísima protagonista y dirigida desde la óptica femenina. Una película clásica en su forma pero que revela un fuerte carácter subversivo que, muy probablemente, fue lo que le valió una avalancha de premios.

Una joven escocesa con un pasado emocional traumático que la dejó sin habla es prometida en matrimonio en contra de su voluntad con un terrateniente neozelandés. Con su hija tomada de una mano y su inseparable piano de la otra, esta pasional música de profesión desembarca en costa extraña ante la mirada de un rudo grupo de maoríes. Estamos en el siglo XIX y Jane Campion sentencia con voz alta y clara una de las tragedias más dramáticas de nuestro cine contemporáneo, que la consolidaría como firme candidata a permanecer en el firmamento cinematográfico

Una magnífica Holly Hunter da vida a esta pianista atormentada en una de las pocas interpretaciones merecedoras de tan importantes galardones como el Oscar o el Globo de Oro, sin haber mencionado una sola palabra. La por aquel entonces jovencísima Anna Paquin, por cuya carismática actuación obtuviera un Oscar de la Academia, encarna a la hija de la pianista, ángel y demonio en esta relación tormentosa; mientras que un ardiente Harvey Keitel cierra el círculo dramático.

Abriendo con un gran crescendo orquestal, la exquisita y famosa música del compositor minimalista Michael Nyman acompañará toda la obra de forma incisiva en una suerte de leit motiv. Basada en unos diálogos dramáticamente elocuentes, el film nos arrastra entre épicos paisajes y tórridas pasiones, dentro de una narrativa lineal de grandes gestos y símbolos. Una estructura tradicional para contar un relato de grandes proporciones.