La autofobia es el miedo patológico a estar solo. Quienes la padecen necesitan compañía continua. Tienen un constante miedo irracional de que algo irá muy mal si no están con alguien.
Suena
muy raro, ¿no? Es entendible temer a las alturas, los aviones, al fuego
o a sentirse encerrado; uno bien puede admitir que son cosas
potencialmente peligrosas, pero, ¿a uno mismo?, ¿cómo puede tenerse
fobia a uno mismo?
Si bien este padecimiento es un asunto clínico — y necesita de atención psiquiátrica— millones de personas viven con un miedo paralizador a estar solos. Se ven impedidos a hacer cualquier cosa que les requiera convivir con sus pensamientos y emociones: sencillamente, no se soportan.
Si
eres de ese tipo de personas, es mejor que trabajes en ello; que
enfrentes tus miedos y hagas cosas gratificantes para ti mismo. Una
buena idea es comenzar yendo solo a un museo, ¿por qué?, además de que
el arte es terapéutico estas son las razones para hacerlo en completa
soledad:
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Estás más presente
A solas, es más fácil estar en el momento y el lugar de manera plena. Poder permanecer en silencio durante toda la visita, no ser distraído con un comentario, una mueca o algún contacto físico potencializa la experiencia de contemplación. Es así como puedes prestar toda la atención necesaria a lo que observas y ser mucho más consciente de lo que sientes.
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Llevas tu ritmo
Pasas de largo una sala si no te interesa, regresas a una pintura una y diez veces — o las que sean necesarias—, te quedas una hora entera delante de una escultura, revisas cada centímetro de los elementos lumínicos de una fotografía, etcétera.
El tiempo es
tuyo por completo. No tienes que apurarte si sientes la presión de que
el otro va muy deprisa o detenerte si va lento. Tú haces el itinerario
del recorrido y eso es fantástico.
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Puedes conocerte mejor
Estar
solo facilita encontrarse con uno mismo pero, además, estar delante de
una pieza artística obliga a enfrentarse con todo tipo de emociones,
desde las más sublimes hasta las más incómodas. Uno debe estar atento de
sí mismo si quiere autodescubrirse. En la mayoría de los casos, el arte
funciona como un detonador de reflexiones de todo tipo; desde las
íntimas y personales hasta variadas elucubraciones sobre el Universo.
Puedes acceder a eventos más fácil
En
la mayoría de museos existen foros, teatros o galerías donde se llevan a
cabo conferencias, talleres o conciertos. Si vas solo puedes decidir
entrar o no. No tendrás que depender del gusto de tu acompañante.
Aprendes a hacer cosas por ti
Hacer actividades sin depender de nadie alrededor es fundamental para conseguir una buena autoestima y aprender a ser autosuficiente. Eso te abrirá las puertas a hacer cada vez más cosas por tu cuenta: salir al cine, a comer, ir al teatro o donde sea. Ya no habrán cosas de las que te quedes con ganas porque no tengas con quién hacerlas.
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Si lo hicieran, se sorprenderían de lo necesario que es asomarse, de vez en cuando, al abismo personal donde se da el encuentro más importantes de todos: con uno mismo.
Fuente: Culturacolectiva.com
